Monday, June 19, 2006

Cinco años en Europa

Escribir en español es mas complicado de lo que parece, sobretodo si has dedicado los ultimos cinco años de tu vida a ocultar tu propia identidad. A pesar de su triste pasado Nazi, Alemania es hoy en día una nación moderna donde el respeto a la pluralidad cultural posee importancia tan sagrada como el hábito mismo de consumir cerveza o de mirarse a los ojos a la hora de efectuar un brindis. Sin embargo, la única manera de integrarte al país donde vives consiste en aprender su lengua, y claro está, en adaptar tu manera de pensar.

Dicho esto, a veces me pregunto que sería de mi vida si no hubiese decidido continuar mis estudios en Italia. Probablemente viviría hoy en día en Bogotá, trabajaria en el campo de la automatizacion electronica, jugaría Mario Kart con Roberto los fines de semana y me preguntaria que sería de mi vida si me hubiese ido a otra parte.

Quizas, luego de trabajar por un par de años, me habria terminado yendo a otra parte, probablemente a los Estados Unidos, y desconociendo que incluso en los paises industrializados existen huecos, habria terminado haciendo un doctorado en un pueblo infame, cagado del frio en Ohio o Delaware, sintiendome orgulloso de haber conseguido una beca a punta de inteligencia, pero en el fondo triste de haber abandonado "la civilización", y con ella, la gente que quiero.

Alguna decisiones parecen a simple vista intrascendentes, pero terminan siendo todo lo contrario. Hoy en día no se si alegrarme o arrepentirme de haber emigrado, pues no tengo manera de saber lo que habria tenido si me hubiera quedado.

Lo cierto es que los ultimos cinco años de mi vida me han enseñado muchas cosas que posiblemente no hubiera aprendido si me hubiese quedado en Colombia. Algunas de las cosas que he aprendido me permiten disfrutar la vida de una manera mas sencilla. Otras solamente tienen un significado en el contexto de mi vida actual, y si me hubiese quedado en casa, probablemente me pareceria estupido perder mi tiempo aprendiendo esas cosas. Seguramente debe haber un tercer grupo de lecciones, aquellas que estando aca o alla hubiera aprendido en todo caso, pero una vez mas, no hay manera de saber cuales son sin haber estado en ambos lugares al mismo tiempo.

En Italia descubri que las cosas buenas tienen su precio. En Luxemburgo, que el dinero no hace la felicidad. En Inglaterra, que los milagros existen. En Barcelona, que hay mucho europeo desocupado en busca de tierras calientes. En Berlin, que el socialismo existe y que no es ni tan bueno ni tan malo como uno se lo imagina.

En resumidas cuentas, mis cinco años en Europa han sido suficientes para darme cuenta que aunque siempre habrán pastos mas o menos verdes, lo importante es tener con quien compartirlos.

2 comments:

DailyEclipse said...

este es sin duda, el mejor articulo de este blog, no se si es por que me identifico con su contenido o por que me alegra que hubieras decidido irte a Europa,por que de lo contrario no te habria conocido!!!
te quiero MUCHO marcelin, un abrazote!

Catalina said...

Leyendo este comentario de tu blog, me acorde mucho de una frase de un libro que me gusta mucho: "Todas las experiencias que tenemos en nuestra vida, suceden, porque aun de forma inconsciente decidimos que pasen, ya que necesitamos aprender de ellas"...